Por: Gilberto Solorza
En el corazón verde del sur capitalino, un desarrollo inmobiliario ha detonado un conflicto que involucra tala de árboles, presunta violación de derechos indígenas y una serie de protestas que han ido escalando desde 2024: se trata de Fuentes Brotantes 134, un proyecto habitacional promovido por las empresas Graus y Azimuth Desarrollos en la colonia Santa Úrsula Xitla, en la alcaldía Tlalpan.


La obra —descrita por sus desarrolladores como un conjunto de 52 viviendas con diseño contemporáneo, amplios ventanales y vistas privilegiadas— ha sido calificada por sus opositores como una amenaza ambiental y social. Según organizaciones vecinales, colectivos ambientales y habitantes del pueblo originario de Santa Úrsula Xitla, la construcción viola derechos colectivos, afecta ecosistemas vitales y pone en riesgo la permanencia de comunidades históricas.
Acusan tala excesiva y falta de consulta
El reclamo más fuerte gira en torno a la tala de entre 280 y 300 árboles, un número que rebasa lo autorizado en el permiso de impacto ambiental otorgado por la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA). La zona, conocida por su vegetación y su cercanía al Parque Nacional Fuentes Brotantes, es considerada uno de los pulmones ecológicos de la ciudad.
Además, los pobladores denuncian que no se realizó una consulta previa, libre e informada, tal como lo establece la ley cuando se trata de proyectos en territorios habitados por pueblos originarios.
Desde mediados de 2024, se han registrado marchas, bloqueos de avenidas y plantones para exigir la clausura definitiva de la obra, siendo la más representativa la llamada ‘Segunda marcha contra la gentrificación’ ocurrida el pasado domingo 20 de julio.
Las protestas no solo apelan a lo ecológico: alertan también sobre procesos de gentrificación que, con viviendas en preventa a precios elevados, podrían desplazar a las familias que han habitado la zona por generaciones. El proyecto, advierten, no está pensado para quienes ya viven allí, sino para una clase media-alta que encarecerá servicios, predial y vivienda.
¿Todo en regla?
Graus y Azimuth Desarrollos sostienen que el proyecto es legal y cumple con los requisitos ambientales y urbanísticos. Entre los permisos que exhiben se encuentran:
- Un uso de suelo habitacional H/3/30/MB de densidad muy baja.
- Una Manifestación de Impacto Ambiental Específica con folio SEDEMA/DGEIRA/DEIAR/008207/2023, emitida en diciembre de 2023.
- Más de 50 permisos adicionales, que incluyen estudios sociales y arqueológicos.
La empresa afirma que la construcción solo ocupará el 40% del terreno y que se compensará la tala con la reforestación de hasta 238 árboles, tanto dentro como en áreas verdes adyacentes.
Pese a ello, la percepción entre habitantes es que la devastación ecológica ya es irreversible y, aunque el proyecto se ubica en Tlalpan, la alcaldía ha declarado públicamente que no fue responsable directa de otorgar la licencia de construcción.
A raíz de la presión vecinal, en 2025 se impuso una clausura temporal al proyecto. Sin embargo, los vecinos no se conforman. Exigen la cancelación definitiva, una consulta comunitaria real y una normativa más estricta para frenar megaproyectos que, según dicen, benefician a las inmobiliarias y no a los barrios.