Por: Giovanna Montero
Con una actuación potente de Taraji P. Henson y una historia inspirada en hechos reales, ¡Harta! llega a Netflix como un retrato crudo de las dificultades que enfrenta una madre soltera afrodescendiente en Estados Unidos.


Lejos del melodrama fácil, esta cinta se adentra con fuerza en temas como la desigualdad económica, el racismo sistémico y la precariedad laboral, ofreciendo una crítica social directa que busca incomodar al espectador y hacerlo reflexionar.
Estrenada recientemente en la plataforma de streaming, ¡Harta! es una película que no solo entretiene, sino que también plantea una pregunta urgente: ¿cuánto más puede soportar una mujer cuando el sistema la abandona? La historia sigue a Janiyah Wiltkinson, una madre soltera interpretada magistralmente por Taraji P. Henson, quien enfrenta en un solo día una serie de acontecimientos que podrían derrumbar a cualquiera: la amenaza de desalojo, la pérdida de su empleo, y la angustia de cuidar a su hija en medio del caos.
El guion no da tregua y construye un relato en espiral, donde cada obstáculo revela una falla estructural en el entorno social de la protagonista. La narrativa se apoya en recursos realistas y evita la exageración emocional, lo que le da una fuerza aún mayor a su crítica. La dirección, sin buscar adornos visuales, opta por una estética sobria que acompaña con respeto la historia de Janiyah.
¡Harta! no es una película cómoda. Es dura, a ratos desgarradora, pero necesaria. La representación de la mujer afrodescendiente, trabajadora, jefa de familia y víctima del abandono institucional, se presenta sin filtros. No hay redención fácil ni finales felices prefabricados. En cambio, hay verdad, resistencia y una denuncia clara al racismo estructural y la indiferencia social.
En medio del creciente catálogo de producciones ligeras en plataformas digitales, esta cinta se abre paso con un mensaje poderoso: ser madre y sobrevivir no debería ser un acto heroico, sino una responsabilidad compartida por el tejido social.