Por: Gilberto Solorza
La Autoridad Nacional Palestina, encargada de la administración en Cisjordania, denunció recientemente un incidente ocurrido en la ciudad de Yenín, donde una delegación diplomática integrada por representantes de diversos países —incluidos China, Japón, México, España y otros estados europeos— fue sorprendida por disparos de advertencia efectuados por el ejército israelí mientras realizaba una visita oficial en la zona.


El ejército de Israel confirmó haber realizado dichos disparos, alegando que la comitiva diplomática “se desvió del itinerario previamente aprobado”, lo que, según ellos, justificaba la intervención armada. No obstante, la respuesta israelí ha generado preocupación y rechazo por parte de varios gobiernos involucrados, al considerar que se trató de una acción desproporcionada que vulnera la integridad y seguridad de agentes diplomáticos, quienes gozan de protección internacional conforme al derecho internacional.
Particularmente, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México expresó su inconformidad mediante una nota diplomática dirigida a la Embajada de Israel en México, solicitando una aclaración formal de los hechos. La preocupación se intensificó debido a la presencia en la delegación de Pedro Blanco Pérez, jefe de la Oficina de Representación de México en Palestina, y Julio César Escobedo Flores, su representante alterno. Ambos diplomáticos mexicanos se encontraban entre los afectados por los disparos. Ante la gravedad del suceso, el secretario Juan Ramón de la Fuente estableció contacto directo con ellos para confirmar su estado de salud y garantizar que se encontraban a salvo.
Además, la cancillería mexicana subrayó que lo ocurrido constituye una violación al artículo 29 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, el cual establece con claridad la inviolabilidad de los agentes diplomáticos, quienes “no serán objeto de ninguna forma de detención o arresto” y deben ser protegidos en todo momento por el Estado receptor.
Este incidente se suma a una creciente preocupación internacional respecto al actuar de las autoridades israelíes en los territorios ocupados, especialmente en zonas como Gaza y Cisjordania, donde múltiples organizaciones de derechos humanos han denunciado abusos sistemáticos. Diversos organismos internacionales, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch e incluso algunos relatores de las Naciones Unidas, han acusado a Israel de incurrir en prácticas que podrían constituir crímenes de lesa humanidad, incluyendo el uso excesivo de la fuerza, castigos colectivos, desplazamientos forzados y restricciones arbitrarias de movimiento sobre la población palestina.
La situación en Palestina ha sido objeto de análisis por parte de la Corte Penal Internacional, la cual mantiene investigaciones abiertas sobre posibles violaciones del derecho internacional humanitario y crímenes contra la humanidad en la región. Incidentes como el ocurrido en Yenín, aunque no hayan resultado en víctimas fatales, ponen de relieve los niveles de tensión existentes, la fragilidad de la seguridad diplomática en contextos de ocupación militar y la urgencia de establecer mecanismos internacionales más eficaces para garantizar el respeto al derecho internacional en zonas de conflicto.
La comunidad internacional sigue observando con preocupación el deterioro de las condiciones en los territorios palestinos ocupados. Acciones como las emprendidas por el ejército israelí contra una delegación diplomática —en un contexto ya marcado por denuncias de violaciones sistemáticas a los derechos humanos— no solo socavan las normas básicas de convivencia entre Estados, sino que reafirman la necesidad urgente de una solución política justa, duradera y basada en el respeto a la legalidad internacional.