En una noche de pitcheo dominante y poder oportuno (y retrasado por lluvia), los Diablos Rojos del México se impusieron 3-1 a los Piratas de Campeche al arrancar la serie en el Estadio Alfredo Harp Helú, en un encuentro que se convirtió en el más rápido disputado en la historia del inmueble con una duración de apenas 2 horas y 21 minutos.
La victoria escarlata se construyó sobre una sólida actuación de su abridor José Luis Bravo, quien lanzó 5.2 entradas con cinco hits y una carrera permitida, además de cinco ponches, para apuntarse su segundo triunfo de la temporada. El bullpen capitalino selló el resultado sin permitir libertades, destacando el salvamento del japonés Tomohiro Anraku.
El poder ofensivo llegó de manera precisa con tres cuadrangulares solitarios: Arístides Aquino en la segunda entrada, Moisés Gutiérrez en la quinta y Francisco Mejía en la séptima, lo que bastó para marcar diferencia en el marcador frente a una ofensiva campechana que apenas pudo anotar una carrera en el quinto episodio.
El duelo también fue protagonizado por los abridores, ya que Sean Nolin, de Campeche, trabajó seis sólidas entradas. Entre ambos cuerpos de pitcheo se combinaron para permitir apenas cuatro carreras en total, lo que convierte a este juego en el de menor anotación combinada en la actual temporada en el Alfredo Harp Helú, superando el 4-2 entre Diablos y El Águila de Veracruz.
Este sábado continuará la serie a partir de las 16:00 horas, con el duelo monticular entre Wilmer Font por los locales y Yunesky Maya por los visitantes.
