Por: Gilberto Solorza
Logrando su tercera barrida consecutiva, los Diablos Rojos del México consiguieron una victoria sobre El Águila de Veracruz jugando como locales en el Estadio Alfredo Harp Helú, con lo que dejaron su racha de la temporada en 11–1.
Sin duda alguna, el título de Mejor Jugador del Partido se lo llevó Aarón Antonini, originario de Caracas, Venezuela, quien en la segunda entrada conectó un potente jonrón que elevó el marcador a 3–1, remolcando su propia carrera y las de Moisés Gutiérrez y Juan Carlos Gamboa, quienes se encontraban en segunda y primera base, respectivamente.
Los locales sumaron una anotación más con sencillo productor de Julián Ornelas, batazo que puso las cosas 4-1.
También destacó, pese a no haber anotado ninguna carrera, el venezolano Carlos Tocci, quien brindó un gran apoyo a la escuadra capitalina tanto como bateador —robando cuantas bases pudo— como en su papel de jardinero, al impedir por poco un cuadrangular del jugador veracruzano Sócrates Brito.
El dominio de los lanzadores provocó que hubiera ceros el resto del juego excepto en la sexta, donde El Águila anotó la segunda y última anotación para ellos.
Se notó que la estrategia del equipo, más que apostar por su clásica ofensiva “a la diabla”, se inclinó por un enfoque defensivo, sabiendo que el marcador les favorecía desde los juegos anteriores y optaron por conservar energías de cara a sus próximos rivales.
No obstante, cabe recordar que esos rivales serán los Guerreros de Oaxaca, quienes resultaron ser uno de los oponentes más duros de la temporada pasada, aunque actualmente mantienen una racha de 6–6.
Con todo y ello, el cuerpo técnico de los Diablos Rojos no debe confiarse. Si bien la racha actual es impresionante, las lesiones y el desgaste acumulado podrían pasar factura si no se administra con inteligencia la rotación de lanzadores y se refuerza el bullpen de cara a la serie contra Oaxaca, equipo que históricamente ha sabido complicarles los partidos.
