Los tenis del Bienestar
Eduardo Meraz
La imagen de las prendas de vestir y de loas decenas de tenis y zapatos, descubiertos por las madres buscadoras, es una retrato y alegoría del horror que acompaña a los gobiernos del bienestar, pues muestran la red tejida entre gobernantes y criminales como expresión de la miseria humana.
La ausencia de decenas de mexicanos que previamente estuvieron en el rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco, en busca de un mundo mejor para ellos y sus familias, es lo único a lo cual se aferran los padres de los desaparecidos.
Es apenas uno de los sitios donde decenas de miles de mexicanos, sobre todo jóvenes, son ilocalizables. De acuerdo con cifras oficiales, cada día, más de 50 personas desaparecen en México, reflejando una crisis que ha ido en aumento en las últimas administraciones.
Pero la crisis trasciende la numeralia; el incremento en muertos desaparecidos, agredidos, desatendidos es inversamente proporcional a las veces en los cuales la palabra “bienestar” o “pueblo” se utilizan para nombrar o justificar proyectos, casi siempre fallidos.
Pero va más allá de eso. También es expresión de los convenios, pactos, acuerdos, tratos, alianzas entre las autoridades y los principales dirigentes de cárteles o agrupaciones criminales, son la fuente de la riqueza entre ambos sectores.
A mayor aparente bienestar, se hace evidente un aumento en los índices de impunidad y la expansión de los negocios de los grupos delincuenciales, en demérito de la seguridad, tranquilidad y avance económico de las poblaciones de las regiones controladas por el crimen organizado.
Ya sea por convicción o por temor, la oscura asociación de funcionarios y malosos si bien no es un lazo indisoluble, lo cierto es que es un vínculo que llegó para quedarse.
El actual proceso de combate a los llamados “generadores de violencia”, forzado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene como propósito debilitar los alcances de esta sociedad y reducirla al máximo, en la medida de lo posible, antes de que la mafia devore por completo al gobierno.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la cifra de homicidios dolosos superó los 200 mil, y se registraron más de 50 mil desaparecidos durante la etapa de la política de “abrazos, no balazos”.
La situación se ha agravado en la presidencia de Claudia Sheinbaum, con un incremento al doble en la tasa de desapariciones en comparación con López Obrador; cifra que crece en proporción a la reducción del número de asesinatos.
Entre el 6 de noviembre de 2024 y el 21 de marzo de 2025, se abrieron 7,708 carpetas de investigación, lo que equivale a 56.6 desapariciones diarias.
Según el informe “Nombres sin cuerpo y cuerpos sin nombre”, en los primeros 100 días de gobierno de los últimos presidentes, la tendencia de desapariciones ha sido: Felipe Calderón: 199 desapariciones (2 diarias); Enrique Peña Nieto: 1,093 desapariciones (11 diarias); AMLO: 2,018 desapariciones (20 diarias); Claudia Sheinbaum: 4,120 desapariciones (41 diarias).
Los estados más afectados han sido el Estado de México (697 casos) y la Ciudad de México (671 casos), esta última gobernada por Sheinbaum entre 2018 y 2023.
Estos datos indican como la renegociación de los acuerdos va acompañada del mayor horror de violencia y el surgimiento de un nuevo grupo preponderante. La presencia de Estados Unidos es un testigo incómodo, que también desea incorporarse al juego.
Por lo visto hasta el momento, el esquema “Bienestar” tiene un futuro incierto, pues sus relaciones con el hasta ahora más debilitado de los cárteles, puede quedar como los tenis de Teuchitlán: vacío.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aseguró que, la autollamada Cuarta Transformación existe porque «hay mucho pueblo», el cual hoy está empoderado. Somos uno solo, pueblo y gobierno. Y nunca nos vamos a separar».
Léase: donde dice pueblo, debe entenderse como CO