Por: Gilberto Solorza
El 20 de enero Donald Trump tomó oficialmente el cargo de presidente núm. 47 de los Estados Unidos y dio su discurso inicial con una serie de iniciativas que llevará a cabo durante su gobierno donde, entre otras cosas, está el considerar a los cárteles de la droga como “organizaciones terroristas”.
No es secreto para nadie que México enfrenta una grave crisis social, económica y de seguridad nacional debido al narcotráfico, con los principales cárteles, como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, causando miles de muertes en todo el país
Quizá es por eso que, a primera vista, la idea de considerar a los cárteles como organizaciones terroristas podría parecer atractiva para algunos, pero, como dirían por ahí, el remedio podría salir peor que la enfermedad.
Una ley perturbadora
Trump ha indicado que se basará en la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para implementar esta propuesta, legislación que otorga al presidente amplias facultades, como la deportación de varones extranjeros mayores de 14 años originarios de países en conflicto con Estados Unidos, y que además permite prohibir que extranjeros residan o realicen actividades comerciales en el país, sin importar si su entrada fue legal o no.
Para que te hagas una idea, fue esta misma ley la que permitió que el gobierno de Franklin D. Roosevelt pudiera crear campos de internamiento, zonas muy parecidas a los campos de concentración de los alemanes, para ciudadanos de origen japonés en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
La aplicación de esta ley para combatir el narcotráfico podría afectar no solo a los culpables, sino también a inocentes, exponiéndolos a violaciones de derechos humanos, estigmatización y erosión de sus libertades civiles.
Intervencionismo latente
En caso de no estar familiarizado con el concepto, el diccionario define “intervencionismo” como “Acción que favorece una intervención parcial o total de un Estado en asuntos de otro”, lo que pone inmediatamente en riesgo la soberanía de un país.
Históricamente, el intervencionismo económico, político y/o militar ha tenido consecuencias desastrosas para los países que lo sufren como se puede claramente en regiones como Medio Oriente o en el continente africano, donde las participaciones extranjeras han contribuido a prolongar conflictos, desestabilizar regiones enteras y generar un ciclo perpetuo de violencia.
La lista de intervencionismo estadounidense en Latinoamérica no es corta, tomando en cuenta eventos como Guatemala (1954), Chile (1973) famosa por el apoyo americano al dictador Augusto Pinochet, República Dominicana (1965) o Panamá (1989).
Denominar oficialmente “organizaciones terroristas” a los cárteles mexicanos es una estrategia para justificar la intervención directa de Estados Unidos en México, abriendo la puerta a operaciones militares bajo el pretexto de combatir el terrorismo.
Respuesta mexicana
Desde que Trump hizo pública su intención de esta decisión, la presidenta Claudia Sheinbaum ha rechazado de manera categórica cualquier posibilidad de una intervención militar estadounidense en territorio mexicano, subrayando la importancia de mantener la soberanía nacional.
También ha reiterado que el combate al narcotráfico es una prioridad para su gobierno, pero que esta lucha debe llevarse a cabo dentro del marco de la ley con pleno respeto a los derechos humanos.