Clanes y “negocitos”
Eduardo Meraz
Para garantizar absoluta discreción de los “negocitos añejos y nuevos” de los integrantes del oficialismo, los legisladores de la Ciudad de México y a nivel federal trabajan ya en la conformación de un robusto ejército de juzgadores y fiscales, cuya principal tarea será evitar el conocimiento público de posibles manejos oscuros de los recursos públicos.
Y este llamado de atención no está dirigido únicamente para los coordinadores de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, y de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, sino a todos los morenistas para evitar acusaciones entre correligionarios. Es decir, les recordó la máxima: “el silencio es oro” y, de esa forma, todos saldrán ganando.
Este proceso de “aguindamiento” de la justicia, cuya tonalidad es contraria a la transparencia, ha quedado de manifiesto en el proceso seguido para la nominación de los candidatos de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, los cuales habrán de ser votados por la ciudadanía en junio de 2025.
Para ello, los gobiernos de Morena, a nivel federal y estatal, han procedido a alentar a abogados simpatizantes de su partido -y uno que otro colado- a participar en la convocatoria, con lo cual lograron conseguir la inscripción de casi 50 mil aspirantes; rechazaron la propuesta del INE de posponer la jornada electoral y, por si fuera poco, le redujeron el presupuesto para realizar la elección.
De esta forma, no sólo copan las posiciones en disputa, sino obligan al Instituto Nacional Electoral a adoptar medidas emergentes que desalienten o constriñan la participación ciudadana en la elección de jueves, magistrados y ministros, al tener que reducir los lugares donde deberán instalarse las casillas.
Cuenta, además, con la simpatía y lealtad de los titulares de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno -que sustituye al Inai- y la Auditoría Superior de la Federación, se volverá un gran desafío que salga a la luz pública información sobre “negocitos añejos y nuevos”.
En otras palabras, las huestes cuatroteístas prácticamente recibieron el visto bueno de la dueña del bastón de mando para eliminar la separación -verbal- entre poder político y poder económico. Entonces, no debe extrañar la aparición y proliferación de “nuevos y añejos clanes” de funcionarios con el sector privado.
Las obras emblemáticas del ex mandatario sin nombre y sin palabra costaron, en términos globales, el triple de lo originalmente estimado; sobrecosto que, de acuerdo a la poca información que ha salido a la luz, benefició a la nueva generación de los “cachorros de la transformación”, cuya capacidad de “persuasión” a sus socios es mayúscula.
Pretender reducir a sólo unos cuantos millones de pesos los chismes de vecindad entre los presidentes de las juntas de Coordinación Política en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, no sólo es ingenuo; es desconocer “la oscuridad” empresarial de ambos personajes -como señaló Gerardo Fernández Noroña sobre el líder de loa Cámara Baja.
Entonces, es totalmente inconveniente que, por unas cuantas monedas, se vayan a echar a perder “nuevos y futuros negocitos”. De ahí la necesidad ineludible de contar con jueces y fiscales que comulguen con la ideología cuatroteísta.
Por ejemplo, en la capital del país, se da como consumado que Bertha Alcalde Luján -hermana de la presidenta de Morena, Luisa María, e hija de quien fuera consejera del mismo partido, Bertha Luján-, será designada Fiscal de la Ciudad de México, en sustitución del encargado Ulises Lara, una vez solventado el “affaire” de su título de maestría.
Tiene razón la presidenta Claudia Sheinbaum, además de cabeza fría, los clanes del oficialismo necesitan una fuerte inyección de “discreción”, a fin de no poner en riesgo la unidad y los negocitos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Analistas del sector privado, encuestados por el Banco de México, pronostican que el crecimiento del PIB será de 1.60% para 2024 (1.53% en la encuesta de noviembre) y para 2025 se ajustó a la baja a 1.12% desde 1.20% previo.
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