Diálogo Sheinbaum Trump
Su conversación: Claudia Sheinbaum informó que el pasado jueves, a las 9:30 de la mañana, habló con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para felicitarlo por ganar las elecciones, tras el reconocimiento de Kamala Harris de su derrota.
Recordó que ya le envío una felicitación a Donald Trump a través de sus redes sociales y que le envió una carta a la Casa Blanca en donde lo reconoce como su homólogo. Dijo que fue una llamada cordial de felicitación y que posteriormente habrá momentos para platicar sobre todos los temas de la agenda bilateral, los cuales son muchos y que necesitan tiempo para su análisis.
También dijo que Donald Trump le contestó «See you son», además de que aprovechó para mandarle un saludo al expresidente Andrés Manuel López Obrador. Oficialmente ya se informó en Palacio Nacional que Sheinbaum fue invitada a la toma de posesión el próximo 20 de enero en Washington, lo que marca un cambio significativo en las relaciones entre ambos países.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que también habló con Trump y le dijo que está dispuesto a trabajar constructivamente con el nuevo gobierno, a pesar de que Trump, en su anterior administración cuando encabezó la Casa Blanca, no escatimó ataques a la ONU ni amenazas con recortes presupuestarios.
El caso es que Trump volverá a ser presidente de Estados Unidos, con un programa contra los inmigrantes, proteccionista en lo comercial y contrario a lo que todos reconocen como lo políticamente correcto. En el Colegio Electoral, el candidato republicano Trump sumó 310 votos electorales frente a 224 de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, pues necesitaba 270 para ganar. Con la ola roja los republicanos también ganaron el Senado y la Cámara de Representantes. De manera contundente, Trump ganó estados norteños clave como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, además de Georgia y Carolina del Norte, que le dieron la ventaja fundamental de los 310 votos electorales. Además de que triunfó en Florida, que da 30 votos electorales, y en Texas con 40.
Así llega Trump por segunda vez a la Casa Blanca con enorme poder, gracias a que los estadounidenses votaron a favor de la política antimigrante de Trump. El voto popular en todo Estados Unidos arrojaba un 51.7 por para Trump y un 47 por ciento para Harris. El discurso antiinmigrante e incluso las expresiones de un comediante que lo apoyó en campaña, de calificar a la isla de Puerto Rico como «isla de basura flotante», no restaron en las simpatías latinas. Donald Trump en lo referente a México, (a nosotros), con sus amagos como elevar los aranceles si no se satisfacen sus requerimientos en materia de combate al crimen organizado y freno a la migración; además, de la renegociación del T-MEC (el término correcto es revisión).
Durante la campaña, Trump aseguró que va a expulsar a los migrantes que no tienen documentos, porque según él, “envenenan la sangre” de los estadounidenses. Los tacha de “terroristas, violadores, salvajes o animales salidos de cárceles y manicomios”. Prometió sellar la frontera con México para asegurarse de que no entren más migrantes sin visa. Después de una campaña atípica, en la que fue blanco de dos intentos de asesinato, Trump fue el primero en lograr un segundo mandato a la presidencia, no consecutivo, desde 1893. El primer presidente con una condena penal y cuatro inculpaciones pendientes de cometer delitos.
Se desconoce aún qué efecto tendrá su victoria en sus problemas judiciales. En teoría se expone a penas de prisión en varios casos.
Compromisos: Afirmó que cuando preste juramento el 20 de enero, resolverá la guerra en Ucrania y los conflictos en Oriente Medio, aunque no dijo cómo. También se comprometió a cerrar de nuevo la puerta al Acuerdo de París y a perforar petróleo a raudales. A nivel comercial prevé imponer aranceles para llevar de regreso a las empresas a Estados Unidos. Sobre México, Trump afirmó que es un desafío tremendo para Estados Unidos porque China está construyendo enormes fábricas de automóviles ahí y van a venderlos en Estados Unidos, de lo cual se quejó durante la campaña.
Preocupan sus amenazas y su sed de venganza, en el mundo, incluidos sus aliados, están nerviosos por lo que pueda hacer Trump, aun así, ya empezó a felicitarlo. Los primeros fueron China, Francia e Israel. Poco trascendió sobre los miembros de su gobierno, con dos excepciones, declaró que confiaría un cargo en la administración al hombre más rico del mundo, Elon Musk y otro para Robert F. Kennedy Jr, miembro del clan político más famoso de Estados Unidos. No olvidemos que Trump fue hallado culpable por falsificación de registros comerciales en el Estado de Nueva York y está enfrentando cinco procesos judiciales, incluyendo el de conspirar para interferir la transferencia pacífica del poder en 2020.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos está evaluando cómo cerrar esos casos criminales contra Donald Trump, antes de su regreso a la Casa Blanca, de acuerdo con NBC News. La cadena noticias informó que dos fuentes anónimas dijeron que funcionarios de esa dependencia son conscientes de que no hay tiempo suficiente para llevar los casos criminales contra Donald Trump a juicio antes de que tome posesión en enero. «Ahora que Trump volverá a ser presidente, los funcionarios no ven margen para presentar ninguno de los casos penales en su contra, y no tiene sentido seguir litigándolos en las semanas previas a que asuma el cargo», informó la cadena NBC. Los casos a los que refiere son por interferencia electoral, el 6 de enero de 2021, cuando Trump realizó un discurso donde rechazaba los resultados de la elección contra Joe Biden que provocó que una turba de sus partidarios destruyera el Capitolio de Estados Unidos en Washington DC.
El segundo se refiere un cargo por retención de documentos clasificados, que presuntamente el exmandatario mantuvo en su residencia en Mar-a-Lago tras dejar la Casa Blanca. Según NBC News, dependerá del Fiscal Especial Jack Smith, quien presentó los casos legales, decidir cómo se darán por terminado los cargos y evalúa la manera de poner fin a las dos causas federales en contra de Donald Trump antes de que el republicano asuma la Presidencia, como parte del protocolo del Departamento de Justicia, según el cual los presidentes en funciones no pueden ser procesados.