Congreso “Varguitas”
Eduardo Meraz
La mayoría oficialista de la LXVI Legislatura a cada paso que da demuestra la rascuaches de sus integrantes, pues en lugar de argumentos lanzan amenazas y diatribas a otros legisladores y a opositores.
Los procesos seguidos para la aprobación de las reformas al poder judicial y a la impugnabilidad de las enmiendas constitucionales del Congreso, además de desaseados, relucen su pedestre técnica legislativa, como lo revela su intención de retroactividad en la aplicación de la ley.
No en balde, se compara a los líderes del Senado y de la Cámara de Diputados con Juan Vargas, “Varguitas”, el personaje de la película “La Ley de Herodes”, en el cual se ven reflejados el viejo y el nuevo PRI, el primero tricolor y el segundo vestido de guinda.
La mayoría calificada por parte del oficialismo en la presente Legislatura -obtenida de manera leguleya y no como resultado de la voluntad expresada en las urnas el pasado 2 de junio-, quiere cancelar, en los hechos, al poder judicial y anular los derechos de los mexicanos ante posibles abusos gubernamentales.
Para ello, han engañado a los ciudadanos con el subterfugio de acabar con la corrupción existente en jueces, magistrados y ministros. En realidad quieren, vía la ruptura del Estado de derecho, apropiarse de los recursos y la voluntad de los mexicanos.
Los “Varguitas” no conformes con conseguir un Suprema Corte a modo, quieren dejar sin efecto las decenas de amparos previamente presentados por ciudadanos, partidos políticos y juristas al pedir el sobreseimiento de tales recursos.
Cabe recordar que el Poder Legislativo, desde la pasada Legislatura, se encuentra en desacato de resoluciones emitidas por la Corte, tanto en la integración de órganos autónomos como el INAI o el propio Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Inquieta más el acompañamiento en la desobediencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, con el pueril pretexto de que un puñado de ministros no es más que la voluntad del pueblo, aún cuando la ley no contempla tal concepción.
Sin embargo, el mayor peligro radica en la llamada “supremacía constitucional” que, en el fondo, deja sin vigencia al Artículo 1 de la Constitución, donde se encuentran garantizados los derechos fundamentales de los mexicanos.
Lo que parecía una broma de mal gusto en “La Ley de Herodes”, hoy tiene visos de convertirse en una pesadilla, de espanto y terror, salvo para los cachorros del cuatroteísmo, todos ellos “Varguitas” en potencia.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Con el acuerdo entre el gobierno y el sector farmacéutico para la compra consolidada de medicamentos en 2025-2026, ¿se terminará el desabasto o es una nueva versión de la megafarmacia?
@Edumermo