- AMLO, despedida y legado
- Todavía hay quienes lo atacan
- Histórico la llegada de Claudia
Por: Francisco Javier Hernández
Como nunca, en los más de 200 años de vida independiente de nuestro México, por primera vez asume la Presidencia de la República una mujer: Claudia Sheinbaum Pardo, quien llega con una gran responsabilidad de la mano de un personaje como Andrés Manuel López Obrador quien, a pesar de los pronósticos en contra, le dio rumbo al país.
Así, a unas horas de que se dé tan importante cambio habría que reconocer que solo de un gobierno verdaderamente emanado de la voluntad popular se podría lograr esto y muchas otras cosas más, como el abrir la conciencia de muchos mexicanos sobre lo que se quiere de esta nación.
Y es que no se podría decir otra cosa salvo aquellos que integran una oposición férrea y tenaz, pero más que nada vesánica y mezquina que desde siempre no solo se han opuesto al desarrollo y la emancipación de los más pobres, sino con esa actitud han pretendido negar todo lo que se hizo en estos últimos seis años.
Es más, en estos últimos días y a unas horas de que se cumpla con este relevo, se puede ver la en los chats favoritos de la oposición persisten una y mil versiones que han tratado de cubrir lo que se ha avanzado y si, por ejemplo, sacan situaciones inverosímiles que solo creen los que comparten estas posturas.
Así y al darnos la oportunidad de asomarnos a esos chats, videos e imágenes que se difunden a más no poder, se pueden observar una serie de mentiras y versiones que no tienen nada que ver con la realidad.
Por ejemplo en Latinus del infumable Carlos Loret de Mola sé afirma que una de las estaciones del Tren Maya se construyó en las cercanías donde va a residir López Obrador, — en calidad de jubilado– e incluso él mismo se construyó un hospital cercano para que se le atendiera y una serie de oficinas gubernamentales para recibir atención rápida y oportuna.
Y que tal con esa otra versión de que Andrés Manuel le pidió a Claudia Sheinbaum dejar que se alojara por unos días en Palacio Nacional –quizá hasta diciembre próximo—porque no quiere dejar de ser atendido por sus cocineros o bien porque necesita de la vigilancia del que tiene un jefe de Estado.
Y así como esas aseveraciones por demás tergiversadas se han soltado en los últimos días de la Presidencia del tabasqueño, dejando de lado una evaluación acorde y equilibrada de lo que se avanzó en su gobierno y de los pendientes que queda, pero eso parece que no va a suceder.
Por cierto, no sólo obras insignias deja López Obrador como el Tren Maya, el Interoceánico, el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería de Dos Bocas y muchas otras más, algunas de las cuales fueron iniciadas desde sexenios anteriores que nunca se terminaron y ahora sus beneficiarios vieron su conclusión.
Pero además se logró que por primera vez se llevara a cabo una reforma al otrora intocable Poder Judicial, cuya transformación no solo era necesaria, sino además urgente porque había que acabar con una de las fuentes de corrupción que tanto mermó a la confianza de la ciudadanía.
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Claro que esta batalla y las demás reformas como el de la Guardia Nacional o la Eléctrica –que ahí viene en el paquete que AMLO mando al Congreso—no se ha terminado porque los recursos económicos e ilegales son ilimitados y los ponen al servicio de la manipulación.
Además estos grupos han mandado por delante a algunos medios de comunicación que se han jugado su prestigio y que han atizado la efervescencia de la derecha e incluso llaman abiertamente a dar la batalla como algunos noticieros de radio –el de Carmen Aristegui es, lamentablemente uno de esos—sin mediar las consecuencias de aumentar el odio en una sociedad que se niega a ser dividida y ya sabe lo que le conviene.
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