PULSO

Eduardo Meraz

Septiembre negro

Eduardo Meraz

El último mes del presidente totalmente Palacio Nacional amenaza con ser un largo, sinuoso y empedrado camino, cuyo tránsito podría detonar un relevo poco terso por la aparición de apetitos nada democráticos.

Los ventarrones de los primeros días del llamado mes de la Patria, a causa del “bullying político” auspiciado y alentado por el saliente mandatario, a causa de sus anhelos de eternidad, muestran un desprecio por las formas republicanas en sus tratos hacia sus aliados y para los demás.

Las batallas palaciegas y cortesanas han pasado de la civilidad a la amenaza. Los diferendos sirven para encender la hoguera de los juicios mediáticos y la descalificación, a priori, del otro se ha vuelto un combustible bastante inflamable.

La aún secretaria de Gobernación convierte, sin pudor ni recato, a la Cámara de Diputados en plaza pública y la entrega del informe de gobierno se vuelve mitin populachero. La solemnidad del evento, transmutó en carpa sin glamour ni educación.

El punto de inflexión está determinado por el papel jugado por los tres principales actores y poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial, cuyos diferendos avanzan hacia un precipicio del que ninguno saldrá indemne.

La nueva versión del poder judicial al cual se busca llegar en México,ha sacado a relucir sentidos primigenios, presumiblemente ya abandonados. Al mismo tiempo, ha servido al cuatroteísmo para tratar de saldar pendientes con personajes y medios de comunicación.

Las escenas vistas y por observarse en este septiembre negro, me remiten a una entrevista que le hicieron, tiempo ha, al escritor Jorge Luis Borges, y que con un poco de imaginación reproduce los momentos actuales en nuestro país.

Dejo en libertad el lector cambiar el nombre de los sujetos, conforme a sus propios prejuicios.

“─Señor Borges, ¿Qué opina de la tauromaquia? ¿Cuál es su concepto sobre la figura del torero?

“Borges contestó:

“─La tauromaquia es una de las formas vigentes de la barbarie. En cuanto a la figura del torero, creo que es esencialmente un cobarde. Un hombre que con todo un aparato racional de estrategias, entrenamientos, armas, estocadas practicadas, clases y mucho estudio premeditado, se mide frente un animal pasmado por la sorpresa, por la ansiedad; un animal que no tiene otro recurso que los reflejos de su instinto primario. Bajo esa disparidad podemos medir el valor de los toreros. La valentía verdadera no soporta desniveles tan abusivos. Por eso para mí los toreros no son valientes, sino más bien bufones; los bufones de la valentía”.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

El decreto de Martí Batres «diluye» la propiedad privada en la CDMX y anticipa el «florecimiento» del Cártel del Despojo, que ya venía operando, desde la sede del Palacio de Gobierno de la Ciudad de México. La presencia del titular de la UIF es intimidatoria a más no poder.

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@Edumermo

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