¿Sigue a Trump?
¿Así fue?: Donald Trump fue herido en la oreja derecha por el disparo de un francotirador y retirado rápidamente del escenario durante un mitin la tarde del sábado en Butler, Pensilvania. Circularon imágenes y videos donde se puede ver al candidato republicano sangrar de la oreja derecha, mientras es custodiado por agentes del servicio secreto que siempre lo resguardan, como ex presidente, mientras la multitud grita por el incidente. Voceros de la campaña de Donald Trump informaron en un comunicado, que el candidato se encontraba bien después de ser retirado del escenario.
«El presidente Trump agradece a las fuerzas del orden y a los servicios de emergencia por su rápida actuación durante este acto atroz», dijo su portavoz Steven Cheung en un comunicado. «Está bien y está siendo examinado en un centro médico local. Pronto habrá más detalles». De acuerdo con el servicio secreto, Trump está fuera de peligro y es atendido en un hospital.
Durante el mitin, Trump estaba mostrando un gráfico con las cifras de cruces fronterizos cuando se escucharon explosiones entre la multitud y se pudo ver a Trump llevándose la mano derecha al cuello y tenía sangre en la cara. El oído de Trump sangraba profusamente, mientras los agentes lo sacaban apresuradamente del escenario. Trump se agachó rápidamente cuando comenzaron los disparos, que provenían de las gradas a la izquierda de donde él se encontraba.
Cuando las personas de la multitud comenzaron a gritar y los agentes del Servicio Secreto derribaron a Trump. Los agentes gritaron a la multitud que se agachara y se cubriera, pero aplaudió cuando vieron a Trump que se levantó y alzó el puño. Animal político por naturaleza y conocedor de lo que este ataque puede redituarle en términos políticos, Trump levantó el puño cerrado y con su rostro manchado de sangre, les gritó a los asistentes ¡peleen, peleen!”. «Estados Unidos, Estados Unidos», gritó la multitud efusiva al ver caminar al expresidente con el puño en alto.
Otro rostro: El agresor en el ataque a Donald Trump y un miembro de la audiencia en el acto de campaña murieron, de acuerdo con información de autoridades del condado de Butler, Pensilvania. Otra persona se encontraba en estado crítico, dijo un reportero del Washington Post en las redes sociales, citando al fiscal de distrito del condado de Butler.
El tiroteo ocurrió a menos de cuatro meses de las elecciones del 5 de noviembre, cuando Trump enfrenta una contienda electoral con el presidente demócrata Joe Biden. Fuerzas policiales señalan que el incidente en el mitin de Trump está siendo investigado como un intento de asesinar al exmandatario. De acuerdo con CNN, el tirador se encontraba en un tejado afuera del evento de campaña quienes lo calificaron como un posible francotirador, ya que se encontraba a cientos de metros del lugar.
La próxima semana, por tercera vez en ocho años, Donald Trump será nominado como el candidato del Partido Republicano para la presidencia de los Estados Unidos. Un partido político que ahora sirve a los intereses de un hombre inadecuado para el cargo de presidente como ninguno que haya competido en la larga historia de Estados Unidos cuyos valores, temperamento, ideas y lenguaje son contrarios u opuestos a gran parte de lo que ha hecho grande a este país.
Durante más de veinte años, grandes mayorías de estadounidenses se manifestaron insatisfechos en la forma como se manejó la era post Covid, la tasa de inflación persistente, elevados intereses como la división social y el estancamiento político que dejó a muchos votantes frustrados y desalentados. El Partido Republicano buscó el poder para resolver problemas, para construir «una ciudad brillante en una colina», como decía Ronald Reagan. Una visión de los Estados Unidos, encarnada en servidores públicos con principios, como George H.W. Bush, John McCain y Mitt Romney, estaba arraigada en valores como la libertad, la responsabilidad individual y el bien común.
La concepción del Partido Republicano sobre esos valores se reflejaba en su agenda de políticas conservadoras y hoy muchos republicanos centran sus preocupaciones en el Sr. Donald Trump, debido a sus posiciones sobre migración, comercio e impuestos. Pero lo que está en juego en esta elección no se trata fundamentalmente de desacuerdos políticos sino más fundamental: saber cuáles son las cualidades más importantes en el presidente y comandante en jefe de los Estados Unidos.
Donald Trump mostró un carácter indigno de una total falta de respeto por la Constitución, el estado de derecho y el pueblo estadounidense. En lugar de una visión coherente para el futuro del país está motivado por una sed de poder político: usar los mecanismos públicos para avanzar en sus intereses, satisfacer sus impulsos y tomar represalias y venganza, contra aquellos que cree que lo han agraviado. Él, sencillamente, no es apto para gobernar.
Los demócratas están debatiendo acertadamente si el presidente Joe Biden es la persona adecuada para llevar la nominación del Partido Demócrata a la elección, por la preocupación generalizada entre los votantes sobre sus aptitudes relacionadas con su edad. Este debate es muy intenso, debido a las preocupaciones legítimas de que Donald Trump puede representar un peligro para los Estados Unidos, su fortaleza, seguridad y carácter nacional, y que una alternativa demócrata convincente es lo único que podría evitar su regreso a la Casa Blanca.
Es una tragedia nacional que los republicanos no hayan tenido un debate similar sobre la evidente ineptitud moral y temperamental de su posible abanderado, optando en cambio por dejar de lado sus valores de siempre. El día de las elecciones está a menos de cuatro meses y el caso en contra de Donald Trump es extenso, y este consejo insta a los estadounidenses a realizar un simple acto de deber cívico en un año electoral: Escuchar lo que Donald Trump está diciendo, prestar atención a lo que hizo como presidente y permitirse realmente imaginar lo que ha prometido hacer si regresa al cargo. Los votantes frustrados por la inflación y la migración o atraídos por los desplantes de Trump, deben tomar nota de sus palabras y amenazas. ¿Qué haría el Sr. Trump en un segundo mandato?
