PULSO

Eduardo Meraz

Sexenio disipado y disipador

Eduardo Meraz

Un día menos. El final del presidente totalmente Palacio Nacional se acerca ya y, por lo visto, está lejos de hacerlo serenamente; mantendrá sus afanes tempestuosos, al margen de la ley y reflejándose en el espejo del engaño.

La primera valoración del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre el proceso electoral 2023-2024 no deja lugar a dudas. Y la respuesta presidencial tampoco.

La actuación del saliente mandatario, está más que cantada: mantendrá hasta el último aliento del sexenio su reino del disimulo y mentira, negándose a sí mismo y aturdiendo al respetable.

Los vídeos y transcripciones de sus mañaneras, en dónde se confirma su vocación a ofender y mentir.

No tienen pruebas en el TEPJF; son manejados por el bloque conservador. “No tiene ningún fundamento”, señaló el casi ex presidente sin nombre y sin palabra, aún cuando ya se le contabilizaron medio centenar de llamados de atención y medidas cautelares.

La Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral determinó que el saliente habitante temporal del palacete virreinal, vulneró la imparcialidad, neutralidad y equidad de la contienda electoral a favor de Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa, durante su teatro en atril mañanero.

Igualmente, el desvaneciente mandatario fue señalado por el TEPJF de ofender a Xóchitl Gálvez, candidata presidencial de la coalición opositora conformada por PRI, PAN y PRD.

Si a ellos se suma el multimillonario gasto en propaganda y la para nada disimulada participación de los mal llamados servidores de la nación, es indudable que estamos ante un cúmulo de causales que restan legitimidad a la elección presidencial.

La desbordada perorata presidencial busca disipar lo que en muchos lados se considera elección de Estado, por la suma en cantidad y calidad de actos por encima de la ley cometidos en el actual proceso electoral.

Pero como los cuatroteístas no quieren desperdiciar las confusiones o vacíos legales existentes, pretenden evaporar a la oposición a través de alcanzar la mayoría calificada en el Congreso, gracias a la sobre representación y agandallarse posiciones sin equivalencia con los votos recibidos.

Y por eso quiere el ejecutivo que ya se va trata de minimizar su ilegalidad a un simple “asunto administrativo”, para lavar sus culpas y sentirse menos culpable.

La tendencia del gobierno actual se limita a disipar todas sus fallas y errores y a desvanecer los miles y miles de víctimas y sus familias por la “mafia del no poder» que aún habita en Palacio Nacional.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ
Luego de ver cómo han procesado los partidos de oposición la derrota del 2 de junio, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿México los necesita realmente, en sus actuales condiciones?

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@Edumermo

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