Se multiplican retos de las Fintech mexicanas

  • Deben generar una banca de inclusión, no un negocio de volumen
  • Usuarios potenciales no están bancarizados. Requieren productos diferentes
  • La rentabilidad está en micro nichos e hiperpersonalización: Romo

Es urgente generar la banca de inclusión en México para propiciar igualdad de oportunidades de crecimiento y mejor manejo de finanzas públicas de personas tradicionalmente desdeñadas de la banca comercial como pymes y trabajadores de la economía gig, dice Lorena Romo, vocera de Sufinc, Fintech de crédito mexicana.

Para Romo, las instituciones financieras de nueva generación trabajan por atraer un gran número de usuarios, la mayoría de ellos son usualmente los mismos de la banca tradicional, por lo que dejan de lado al grueso de la población no bancarizada.

Los negocios financieros monetizan rendimientos sobre las inversiones, intereses sobre los créditos, comisiones sobre las transacciones y tasas de intercambio entre instituciones. “Ese modelo de negocio es exactamente el mismo en todas las instituciones financieras, tradicionales o de nueva generación. Son un negocio de volumen, no un mercado de inclusión”, refiere Romo.

Muchas empresas, en cambio, buscan atraer al segmento de la población no bancarizada, por lo que deben ofrecerles los productos que buscan, que muchas veces no son los que ya tienen en su oferta, por ejemplo, los créditos en los que no se necesiten historiales crediticios, ejemplifica la vocera de Sufinc.

La experta en finanzas personales menciona que las que las instituciones financieras de nueva generación no son rentables en el corto plazo, porque existen divergencias entre quienes dirigen y desarrollan los productos que ofrecen las Fintech respecto a los clientes a los que se dirigen. “Funcionan muy bien, pero que no resuelven los problemas del segmento que está desatendido”, dice Romo.

La vocera de Sufinc dice que para que la banca sea verdaderamente de inclusión o las tendencias Fintech sean sostenibles necesitan ser rentables. Para ello deberán crear modelos de negocio que sean relevantes y esto lo valida el mercado.

Para Romo encontramos un enfoque en lo tecnológico sobre lo financiero o del valor del servicio que ofrecen, lo que les resta mercado a las Fintech. Y aunque todavía pueden mejorar los servicios que ofrece la banca tradicional, ningún producto de finanzas digitales de nueva generación “le dará a ese segmento de la población la transparencia, eficiencia y seguridad que ya tiene”.

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En cambio, la banca de inclusión y la rentabilidad en el corto plazo está en los micro nichos, en la hiperpersonalización con una entrega y experiencia de usuario excepcional. “Para lograrlo tienen que perseguir la eficiencia en todo momento, en sus operaciones, en su infraestructura tecnológica, en todo lo que hacen”.

Actualmente, el acceso a productos financieros de calidad genera movilidad social y progreso. De nada sirve que haya acceso al crédito o acceso a la inversión si no es rentable para ambas partes, de nada sirve ofrecer productos novedosos en teoría, de créditos con unas tasas altísimas que lo único que van a hacer es endeudar mucho más a las personas”, concluyó Romo.

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