El dulce encanto del cash
Eduardo Meraz
La descarada incautación del ahorro de los trabajadores, aprobada por la mayoría oficialista en el Congreso, confirma el carácter burgués del “clan del cash”, al cual le ha ido tan bien como a banqueros y empresarios.
El dulce encanto del dinero contante y sonante para los altos mandos del cuatroteísmo los tiene embriagados de poder, pues sin correr riesgos ni entregar cuentas, han hecho de la expoliación de recursos ajenos su modus operandi.
Con el aliento y visto bueno del presidente palaciego, el gran corruptor -Elena Chávez, dixit-, la claqué cuatroteista ascendió varios peldaños en el top ten de “Forbes delincuencial“.
Encabezados por el gurú del palacete virreinal, los dirigentes del partido en el poder y aliados se dieron cuenta que el manejo de los más de 40 billones de presupuesto a ejercer durante el sexenio transformador, bien merecía una “recompensa” por su sacrificio.
Entendieron la “economía moral“ como algo tan pasado de moda al igual que la máxima juarista recomendada a los servidores públicos de conformarse con vivir en la justa medianía.
Ajenos a sus propios principios, en los hechos, el oficialismo creó su propia “Cartilla Inmoral“, en contrasentido a la que recomienda seguir a la población, a fin de cometer todo tipo de ilícitos monetarios para su beneficio personal,
sin cargos de conciencia o escrúpulos.
Según lo que ha salido a la luz pública, los cuatroteístas han hecho del despojo de recursos públicos y ahora también de los privados -pertenecientes pensionados de 70 años y más- una práctica histórica, como nunca se había hecho.
Al principio de la actual administración se hicieron esfuerzos denodados para combatir el huachicol de gasolinas y diésel, Sin embargo, perfeccionado el método para sustraer cash hasta abajo de las piedras.
Y es tal el descaro, que a punto de hacerse efectiva la fecha de caducidad del gobierno, ejecutivo y legislativo han legalizado el “huachicoleo pensionario“ pretendiendo incluir una cláusula, a la malagueña, para un despojo total, pues 6 billones de pesos bien vale cualquier abyección.
Su inclinación por el cash llevó al mandatario totalmente Palacio Nacional a contratar deuda por un monto total similar a los ahorros de los trabajadores en las Afores.
Gracias a esta actitud poco austera, los mexicanos pagaremos por el dulce encanto presidencial de convertirse en el maximo huachicolero de las finanzas públicas.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Ya casi termina abril y no hay visos de que Dos Bocas vaya a refinar un litro de gasolina. Igual ocurre con el sistema de salud danés.
@Edumermo