De las raíces del campo a las zonas metropolitanas de Veracruz

Dr. Rafael Vela Martínez

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) para el segundo trimestre del año. Este indicador ofrece un panorama sobre la evolución económica de las entidades federativas del país; pero además, es un indicador clave en la medición y seguimiento del desempeño económico a nivel estatal o regional. Su importancia radica, en principio, en que permite analizar y comparar el desempeño económico entre diferentes entidades federativas.

Contar con un indicador trimestral es fundamental para comprender las disparidades económicas y sociales entre distintas áreas geográficas, pues en tanto se desglosa por sectores económicos, permite identificar qué áreas de la economía regional están creciendo o enfrentando desafíos. Esto es crucial para la planificación de políticas públicas orientadas a promover el desarrollo económico. Al ser un indicador anticipado y trimestral, proporciona señales tempranas sobre la dirección en la que se está moviendo la economía regional. El ITAEE es valioso para anticipar tendencias y tomar medidas preventivas en caso de desaceleración económica o crisis, lamentablemente en nuestro estado los tomadores de decisiones no le hacen caso a esta información que en gobiernos de otras entidades es la base de las políticas públicas y el soporte de los buenos resultados que muestran sus economías estatales.

En el trimestre abril-junio de 2023, a tasa anual y con cifras desestacionalizadas, los estados que reportaron los avances más significativos en su actividad económica fueron: Oaxaca, Tabasco, Quintana Roo, Durango, Yucatán y Campeche. Las “cifras ajustadas estacionalmente” se refieren a datos económicos o estadísticos que han sido modificados para tener en cuenta las variaciones estacionales o periódicas que ocurren regularmente en la economía. Estas variaciones pueden estar influenciadas por factores climáticos, festivos, días laborables, entre otros. Al ajustar las cifras estacionalmente, los economistas podemos obtener una visión más clara de las tendencias subyacentes y del rendimiento real de la economía, ya que eliminan el ruido causado por las variaciones estacionales. Esto es especialmente importante para realizar comparaciones precisas entre diferentes períodos de tiempo.

En cuanto al caso de Veracruz hay buenas noticias, la actividad económica registró un crecimiento de 3.1 %, a tasa anual para este segundo trimestre del 2023. Las actividades primarias reportaron un incremento anual de 3.1 %; las secundarias, un ascenso de 3.8 % y las terciarias, un aumento de 2.7 %.

Son buenas noticias para Veracruz pues aun cuando mantiene un crecimiento sostenido luego de la pandemia, este era poco significativo para los años 2021 y 2022; de hecho, de las 32 entidades federativas, la entidad veracruzana ha sido la última en recuperar su economía a niveles anteriores a la pandemia; pero bueno, finalmente, registra un crecimiento económico aceptable; por supuesto nada comparable con Nuevo León que creció al 25.4%; Baja California al 18.9; Puebla al 11.8 y, Chihuahua con un crecimiento del 10.9%. Frente a estos resultados en crecimiento económico, palidece el 3.1% del crecimiento en Veracruz, lo cual es un catalizador de la eficiencia o ineficiencia de la actual administración gubernamental: usted juzgue.

Pero más aún, si evaluamos el crecimiento económico regional, Veracruz es la entidad que menos crece en el sureste nacional; Quinta Roo creció al 8.2%; Tabasco al 11.5%; Oaxaca al 13.1% y Campeche al 5%; esto es el resultado de, como se señaló en artículos anteriores, se carezca de un programa estratégico, impulsado por el Gobierno del Estado, para capitalizar las inversiones de Gobierno Federal en la región del Istmo de Tehuantepec.

Durante el periodo enero a junio de 2023, es decir realizando una evaluación semestral, el acumulado de la actividad económica estatal creció 2.5 %, por el impulso en las actividades primarias, secundarias y terciarias de 4.6, 2.9 y 2.1 %, respectivamente. Lo que se observa es que el buen rendimiento de las actividades primarias fueron determinantes para alcanzar este nivel de crecimiento. Lo preocupante es que los veracruzanos seguimos teniendo una grave dependencia alimentaria, pues los productos agrícolas que aportan mayor riqueza son los cítricos, piñas, caña de azúcar y café; y, en contra parte, seguimos comprando en el exterior más de millón y medio de toneladas de maíz y más de 100 mil toneladas de frijol, por citar 2 de los productos básicos de mayor consumo. De hecho, datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) revelan que desde 2000 y hasta el cierre de 2021 la superficie destinada a la siembra de granos básicos, como maíz, frijol, trigo, arroz, café y sorgo, presenta una disminución de 16.8 por ciento, algo muy dramático para un estado que alguna vez aspiró a ser el granero de la nación.

Pero incluso, ese crecimiento económico promedio de 2.5 semestral para el 2023, o de 3.1% para el segundo trimestre de este mismo año, resulta extremadamente limitado, cuando tenemos 8 Zonas Metropolitanas (ZM) validadas y una más que el Gobierno del Estado no ha querido impulsar, que es la de Tuxpan.  El estado de Guanajuato cuenta también con ocho zonas metropolitanas. Siete de estas zonas son reconocidas por el INEGI, CONAPO y SEDATU en el documento “Delimitación de las Zonas Metropolitanas de México 2015”. Y una más que es la ZM de Irapuato-Salamanca, que ha sido reconocida por decreto estatal y en ello están basando su crecimiento económico para los próximos 20 años.

Para el caso de Veracruz estas ZM son un gran potencial pues podrían ser la palanca del desarrollo económico, en tanto concentran una riqueza que, cada 15 días, asciende a más de 12 mil 295 millones de pesos, tan solo por sueldos y salarios. La cantidad de recursos denominada liquidez dineraria, u oferta dineraria, considerando solamente sueldos y salarios (sin considerar remesas, ejercicio de los presupuestos estatal y municipales,  pensiones, becas, etc.) es estratégica,  pues en el corto plazo es el recurso que mueve a la economía de un estado o una región; lo grave del caso es que en el Plan Veracruzano de Desarrollo vigente, no solo no forman parte de la estrategia de crecimiento económico estatal, sino además ni siquiera se piensa en una estrategia de desarrollo polarizado, cuando debería ser todo lo contrario, ya que la condición oblonga de la entidad y la localización estratégica de las ZM, están ubicadas como si hubiera sido planeado su impulso; justamente por ello es que la planeación del desarrollo para la entidad  veracruzana tiene que ser regional y no sectorial; incluso la asignación de recursos debe también ser regional: ojalá y la próxima administración estatal visualice este potencial estratégico, pues al momento llevamos 5 años perdidos en materia de desarrollo económico.

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