Los pueblos originarios de San Lucas Xolox, Reyes Acozac y San Pedro Atzompa, en el municipio de Tecámac, mantienen viva la ancestral tradición de sembrar la emblemática flor de cempasúchil. Esta flor, que colorea de naranja los campos de cultivo, es un elemento esencial en las festividades de Día de Muertos.
Los campesinos de la región continúan con esta tradición, que perdura a pesar del desarrollo que ha experimentado el municipio en los últimos años. Ofrecen ramos de flores de cempasúchil a lo largo de la carretera federal México-Pachuca y en los panteones de Tecámac.
El gobierno de la alcaldesa, Mariela Gutiérrez Escalante, respalda la vocación agrícola del municipio y tiene como meta cosechar 40 hectáreas de flor de cempasúchil en 2023. Esta cosecha se estima que genere una derrama económica de alrededor de un millón de pesos, en línea con lo registrado el año anterior.
La flor de cempasúchil desempeña un papel fundamental en las ofrendas de Día de Muertos, ya que se cree que su color amarillo simboliza el sol y guía el camino de los difuntos hacia los altares. Esta tradición está arraigada en la creencia de que el Dios del Sol dejó caer sus rayos sobre Xóchitl, transformándola en una flor de color amarillo. Cuando un colibrí se posó en ella, sus 20 pétalos liberaron un intenso aroma, simbolizando el amor entre el ave y la flor.
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