• Se Acentúa la Pugna AMLO y la Derecha
• Ahora hasta se Inventa Posible Magnicidio
• Cierto, Todavía son Muchos los Rezagos…

Francisco Javier Hernández

Todo parece indicar que el nivel de confrontación entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la oposición conservadora está escalando a más no poder, en la que están jugando un papel importante algunos “columnistas” y medios de comunicación que pretenden poner en un brete al tabasqueño y su proyecto de nación denominada Cuarta T.

Y es que todo indica que el poder y la vesania con la que actúan algunos medios –obviamente en un país en que la libertad de expresión está garantizada, pese a lo que se diga– pretendieron poner en un cisma al gobierno obradorista y sin rubor esparcieron el rumor que se podría cometer un magnicidio en la persona de la señora Bertha Xóchitl Gálvez Ruíz por parte de personeros de la actual administración federal.

Quizá el asunto no debiera tener tanta trascendencia, pues la señora Gálvez ni todavía es candidata de la coalición conservadora y mucho menos representa una gran fuerza opositora como se pretende hacer creer, idea con la que se han ido hasta medios estadounidenses como el Washington Post y algunos nacionales como radio fórmula y Milenio Noticias.

Y decimos esto porque en sentido estricto aun no comienza oficialmente la campaña para las elecciones del 2024, pues todo lo que hay son adelantos de algunos aspirantes para darse a conocer no solo a sus militantes, sino al resto de los potenciales electores.

Sin embargo, ese rumor sin duda alguna y que no tiene nombre fue en una acción concertada, cuando Raymundo Rivapalacio, la señora Beatriz Pages (siempre tan hiperactiva), Ricardo Alemán y Joaquín López Dóriga abrieron la semana anterior con la especulación de que se preparaba un atentado contra la señora Gálvez, producto tal vez de sus más viles deseos.

Digo esto último pues como periodista uno debe ser lo más sensato posible e incluso mantener cierta neutralidad, pero tal parece que esto no se da en los medios y hace recordar episodios pasados como la conjura contra Madero y Pino Suárez o la entrevista que le hiciera el director de Excelsior a Francisco Villa que fue un preámbulo de su asesinato. Por lo que la preguntas es: ¿A qué intereses responden?

Lo que sí está claro es que los medios actuales, quizá por el enojo que les provocó quedarse sin grandes emolumentos que recibían o bien porque desde la mañanera Andrés Manuel se da tiempo a contestar y replicar toda la serie de calumnias y patrañas que se escriben en su contra, lamentablemente no son ahora ni antes, factores que contribuyan a un cambio de rumbo del país que estaba sumido en la corrupción y la deuda.

Pues no se toma en cuenta que a nuestro México le ha costado mucho frenar el gran endeudamiento al que por años se le sumió o bien por la venta de gran parte del patrimonio nacional que se hizo desde el sexenio salinista, lo cual parece que ya se les olvidó.

No se trata de una defensa a ultranza del gobierno del gobierno de AMLO, , pues todavía tiene ante sí grandes pendientes como acabar con la violencia que se ciñe en algunas regiones del país y temas obrero patronales como las huelgas que se han prolongado por años en las principales zonas mineras del territorio nacional (las cuales fueron concesionadas en el pasado reciente).

Sin embargo, en el tema social se ha avanzado por lo menos en la recuperación del salario de los trabajadores que tenía un atraso de más del 70 por ciento y el combate a la especulación, aunque algunos mercaderes siguen haciendo de las suyas.

Y de otras acciones, ni hablar, pues siguen avanzando las obras del Tren Maya –a la que, por cierto, la gente del sureste le ha apostado demasiado—el transpeninsular y la refinería, pero habría que contar la construcción de presas en distintas partes del país para que no falte agua en ciudades como Monterrey, Nuevo León o Guadalajara, Jalisco, entre otras.

Pero no, el asunto de la confrontación es todavía mayor y eso, sin duda ha alertado a millones mexicanos que seguramente no van a dejar perder todo lo que se ha ganado, pese a que ello todavía no se reconozca.

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