La Iglesia de San Hipólito es uno de los templos más emblemáticos de la Ciudad de México, y es famosa por su devoción a San Judas Tadeo, uno de los santos más populares en el país.
La iglesia fue construida en el siglo XVIII en el sitio donde se encontraba la antigua Capilla de San Hipólito, que fue destruida durante el terremoto de 1629. La nueva iglesia fue construida en estilo neoclásico, y cuenta con una fachada imponente y una cúpula decorada con frescos y esculturas. En 1926, la iglesia fue el escenario de un suceso que marcaría su historia para siempre.
Durante la Guerra Cristera, un grupo de católicos se refugiaron en la iglesia para evitar la persecución del gobierno. Los soldados mexicanos rodearon el templo y exigieron la rendición de los rebeldes. Los fieles se negaron a salir, y después de varios días de asedio, se produjo un enfrentamiento en el que murieron decenas de personas, incluyendo mujeres y niños. Este suceso es conocido como la «Matanza de San Hipólito», y es recordado como un ejemplo de la lucha de los católicos mexicanos por la libertad religiosa.
La devoción a San Judas Tadeo en la Iglesia de San Hipólito se remonta a principios del siglo XX, cuando un grupo de fieles colocó una imagen del santo en una de las capillas laterales del templo. Desde entonces, la imagen de San Judas Tadeo ha sido objeto de una gran devoción por parte de los católicos mexicanos, que lo consideran un intercesor poderoso ante Dios en situaciones difíciles.
Cada año, el 28 de octubre, se celebra la fiesta de San Judas Tadeo en la Iglesia de San Hipólito, y miles de fieles acuden al templo para pedir su intercesión y agradecer sus favores. Durante la celebración, se realizan procesiones, misas y novenarios en honor al santo.
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